Sin duda la mayoría de mujeres anhelan tener un look elegante, la palabra por sí sola es inspiracional, pero además es un término que cada quien interpreta a su manera. La elegancia no significa lo mismo para todos, en mi recorrido como consultora de imagen he visto cientos de traducciones.
Lo cierto es que elegancia es un concepto que muchas mujeres aspiran y que aquellas que lo logran son admiradas e imitadas, pero para mostrar cómo se puede alcanzar, es importante aclarar varios conceptos:
Primero, cada persona tiene un estilo que la identifica, podemos agregar a nuestra esencia líneas más elegantes y pulidas, pero no podríamos ser quien no somos, porque todo nace desde nuestro interior. Segundo, cualquiera que sea nuestro estilo, debe permanecer en el tiempo. No es posible lucir elegantes, si hoy lo demostramos y mañana no. La constancia es fundamental. Tercero, un vestido no logra por sí solo un look elegante, la imagen es integral, y todo cuenta.
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Entonces, aunque cada quien tiene su propio estilo, es cierto que es posible refinarlo e irlo puliendo a uno más sobrio y elegante. Para ello es importante definir este concepto. El término elegante según la RAE se define de la siguiente manera: “Que tiene distinción o gracia, resulta de buen gusto o destaca por su sencillez”. Como podemos observar, la frase menos es más, prevalece en este concepto.
¿Cómo lograrlo?
Por lo tanto, y considerando que la imagen no se define por un solo elemento, si queremos lucir distinguidas y mostrar nuestro buen gusto tenemos que revisar estas 5 áreas:
- Vestuario. La ropa elegante es más sobria, se basa en telas más naturales, estampados sobrios y densos. Los accesorios son de piedras naturales, dorados o plateados, finos y exquisitos.
- Lenguaje corporal. La postura siempre erguida, hombros arriba, viendo al frente, piernas que denoten un caminar sereno pero constante.
- Voz. Un lenguaje elegante es aquel que es pausado pero con ritmo, de buena fluidez, no grita, no habla tan bajo que no se oye, tiene un nivel apropiado que evoca admiración. Sus palabras son refinadas, con sazón, con tacto.
- Normas de cortesía. Sabe agradecer, sabe decir por favor. Saluda al entrar y al salir. Siempre existe una sonrisa comedida que la define.
- Habilidades sociales. Conecta, entabla conversaciones interesantes, de temas profundos. Es sabia, es amable, tiene buen talante.
El saber ser es parte de los términos que componen la etiqueta y el protocolo, si bien es cierto, esto se aprende en casa, desde niños y con base en los valores de crianza, también podemos ir desarrollando una imagen distinguida por medio del aprendizaje. Lucir elegantes se demuestra a través de la imagen física y se consolida a través de las habilidades sociales. Para ser creíbles es importante ser coherentes. ¡Inspecciona estas áreas y pule tu estilo!
5 comentarios. Dejar nuevo
Gracias por los consejos. Bendiciones
Muchas gracias, toda esto es de gran utilidad. Muy enriquecedor e imprescindible creo que para los que nos gusta vernos y sentirnos bien.
Gracias por compartir tus conocimientos.
Sin lugar a dudas anhelamos algunas características de la mujer elegante. Que lindo poder proyectar elegancia, seguridad y admiración sin perder accesibilidad y confianza para otros.
Un abrazo. Caro
Buenísimo el articulo. Saludos.
Información muy valiosa, de como ser mejor a través de la imagen que va de la mano con nuestra ética.