Cuando comprás ropa pensás en ¿cómo esa prenda contribuye a tu imagen y tu reputación? Si lo hacés vas por buen camino. Me tomé a la tarea de realizar una encuesta a las personas que atiendo, y del 100% de la población, nadie pensó en qué estímulos están transmitiendo con la ropa que llevan.
Este tema es algo que no debería de tomarse a la ligera, la ropa transmite más del 50% de lo que queremos comunicar, y como nuestro cerebro toma decisiones por sentimientos, la idea de que “como te ven, te tratan” sin duda nos tiene que interesar.
A la hora de vestir, es importante que tomemos en cuenta el corte, los colores, la textura y también el tipo de estampado, ya que cada uno transmite diferentes estímulos por las líneas de diseño que componen cada prenda.
El cerebro es capaz de interpretar cada elemento de diseño, y al igual que pasa con los colores, todo lo que ingresa por nuestra retina es interpretado, convirtiéndose en impulsos eléctricos que llegan al sistema nervioso, y evocan diferentes estados en el organismo: tristeza, alegría, seguridad, enojo, energía, entre otros.
Al ser esto así, estaríamos mucho más cómodos con una persona cuyos elementos que porta nos parecen alegres, seguros, y pacíficos que alguien que nos provoca enojo. Es por eso que muchas personas no logran congeniar o son por llamarlo así “repelentes” de la sociedad.
Si el objetivo de una persona es liderar un equipo debe parecer creíble desde la primera vez y esto se logra a través de la imagen física. Si un líder nos parece inseguro cuando lo vemos, probablemente aunque tenga mucho conocimiento y aptitud, nuestro cerebro se negará a creerle. De hecho la primera impresión tarda entre 5 y 10 segundos en formarse, si ésta fue negativa, estudios demuestran que cambiar ese juicio es muy difícil, por lo contrario si “te creen desde que te ven”, es más fácil persuadir a los demás.
¡Así que no esperés más y vestí para triunfar!