El autoconocimiento: Clave para mejorar nuestra imagen

La vida y el tiempo pasan tan rápido que en algunas ocasiones nos olvidamos de nosotros mismos. Perdemos la perspectiva de quiénes somos y tenemos poco autoconocimiento de nosotros. A lo largo de mi carrera he tratado con clientes que me dicen: “…No sé qué estilo tengo, no sé quién soy en realidad”. Muchos de ellos se sienten incluso insatisfechos consigo mismos como consecuencia de los episodios vividos donde sufrieron burla o escucharon comentarios tristes acerca de su cuerpo o figura. En otros casos, es un tema de desconocimiento, crecieron sin una figura que les enseñara a amarse y cuidarse sino más bien a enfocarse en lo negativo.

He trabajado con clientes que han perdido a familiares y han dejado de brillar por el dolor. También he conocido mujeres que han iniciado el programa de asesoría porque en algún momento de sus vidas, por dedicarse a otros, se han olvidado de ellas mismas. Y así hay muchos casos y mil historias más de mujeres  y hombres que de alguna u otra manera han dejado de pensar en ellos.

Somos por dentro lo que mostramos por fuera

Nuestra imagen exterior muestra lo que llevamos por dentro, las heridas emocionales de alguna u otra forma se hacen visibles a través de la ropa que llevamos y la forma de producir nuestra imagen externa es una manera inconsciente de expresarnos. El escoger cierto color, un patrón, una textura u otra podría decir mucho de nosotros, los colores están estrechamente ligados a lo que sentimos y lo que tenemos en nuestro inconsciente. Incluso los estampados que elegimos así como las texturas también hablan de cómo está nuestro ser interior.

Hacer una retrospectiva nos permitirá mejorar nuestra apariencia y emitir el brillo que por alguna razón hemos perdido. Los seres humanos somos seres de luz, venimos a este mundo a brillar. ¿Tendrá algún sentido ir por la vida sin emitir el brillo que llevamos por dentro? Nelson Mandela dijo…“Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante, precioso, talentoso y fabuloso? En realidad, ¿quién eres tú para no serlo? Eres hijo del universo. El hecho de jugar a ser pequeño no sirve al mundo. No hay nada iluminador en encogerte para que otras personas cerca de ti no se sientan inseguras.“

El primer paso para mejorar nuestra imagen

El primer paso de un proceso de desarrollo de marca personal es el autoconocimiento, definir nuestra esencia y conocer nuestros defectos y virtudes. Consiste en un FODA personal de la imagen interna y externa. Es el punto de partida que nos permitirá tomar las decisiones más acertadas con el fin de pulir nuestra imagen. Nunca vamos a cambiarla, sino más bien crearemos la mejor versión a partir de esa imagen real, siendo siempre auténticos, sin pretender ser nadie más.

Una vez que definimos nuestra esencia, dejamos de enfocarnos en nuestros defectos y de ser tan duros con nosotros mismos. Aprendemos a pulir nuestra imagen con defectos y virtudes y sacar la mejor versión de todas. Descubrir quiénes somos nos permitirá sentirnos plenos y saber hacia dónde vamos. Es como emprender un vuelo, definitivamente cuando descubrimos quiénes somos es como tener alas y empezar a volar…

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Los beneficios del autonocimiento

1. El autoconocimiento nos dará la seguridad que ocupamos.
2. Creer en nosotros mismos y en nuestras habilidades nos permitirá exponer al mundo nuestras mejores virtudes.
3. Autoconocernos nos dirá quiénes somos por dentro  y por fuera.
4. Nos permitirá amar nuestro cuerpo tal cual es, aprender a armonizarlo
5. Emitiremos esa luz que todos llevamos por dentro, sin temores, sin miedos…

Todas esas personas de las que les comenté al principio, hoy tienen historias de éxito que contar. Escucharlas decir que sienten hermosas, que les encanta verse en las fotos, que aman el color y que ya no se ocultan con ropa oscura o de tallas grandes, es maravilloso. El autoconocimiento les ha permitido aumentar su seguridad. Su forma de comunicarse ha cambiado. La manera de ver las cosas y de cómo los demás reaccionan ante su presencia es un río limpio que emana pureza. Mandela terminó así su discurso …”Y al liberarnos de nuestro miedo, nuestra presencia automáticamente libera a los demás.” Sí, sin duda cuando empezamos a brillar, comenzamos también a ser luz para otros.

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