Según estudios realizados es inevitable tener una imagen, todos sin excepción tenemos una. Valdría la pena entonces preguntarnos ¿porqué hay unas imágenes que se perciben mejor que otras desde cada perspectiva? La respuesta es simple, los seres humanos nos comportamos por impulsos que evocan sentimientos y estos dependerán de cada contexto, de ahí la importancia de cuidar nuestra imagen.
Entiéndase lo anterior como el proceso que realiza nuestro cerebro de decodificar las imágenes y analizarlas. Estamos diseñados para reaccionar ante las cosas según lo que esperamos y lo que el inconsciente colectivo ha dictado. De tal manera que si trabajamos en un consultorio médico esperamos por ejemplo que aquel médico lleve su gabacha que lo distinga, que se vea limpio y proyecte conocimiento. Si por el contrario el médico no cuida su vestimenta, su apariencia es desaliñada, no posee gafete o gabacha, y usa ropa oscura y roja, producirá en nosotros una percepción diferente que irá en contra de lo que se esperaba de él; produciendo así sensaciones de desinterés, poco conocimiento, lejano, ausente o hasta agresivo.
¿Cuáles son las consecuencias de descuidar la imagen?
Lo interesante de todo esto es que por medio de cómo está producida nuestra imagen podremos enviar los estímulos correctos. He escuchado cientos de veces la frase “…no me importa lo que los demás piensen de mí”, pero cuando profundizamos en cómo los seres humanos estamos diseñados para interpretar, vemos que cuidar nuestra imagen es un factor elemental para alcanzar el éxito. No hacerlo podría hacernos perder credibilidad, perder negocios o un ascenso, pasar desapercibido o incluso perder una venta o una alianza.
¿Será así de drástico? La respuesta es sí. Las personas que han logrado impactar a otros son aquellas que su imagen emite coherencia entre lo que desea vender y cómo lo está vendiendo. En imagen no es solo serlo, también hay que parecerlo. Los seres humanos tomamos decisiones por medio de los sentidos y la vista es el más importante. Así que no olvidés este enunciado: Si por fuera parece interesante mi cerebro interpretará que por dentro también lo es. Por supuesto, esa expectativa que creaste debés afianzarla con un contenido que vaya en la misma dirección, pero todo entrará por los ojos.
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Si logramos unir esos estos tres elementos: contexto, objetivo y necesidad de la audiencia, podremos cautivar al público meta y lograr que piensen de mí lo que deseo. Como podés ver, la imagen no nos pertenece pero sí somos los responsables de manipularla. Seré yo quién decida qué impresión quiero dar y logre emitir esa sensación a lo largo del tiempo.
Recordemos que las emociones son esporádicas, duran unos cuantos minutos, es por eso que necesitamos crear en nuestra audiencia emociones constantes. De esa manera lograremos crear así una reputación y una marca personal que deje huella. Ahora pregúntese ¿Qué quiero transmitir? ¿Qué objetivo quiero lograr? ¿Qué espera mi cliente de mí? Haciéndose esas preguntas lograrás establecer la estrategia a seguir para cuidar tu imagen.
3 comentarios. Dejar nuevo
Muchas gracias por la información. Gran aporte de esta web. Un cordial saludo!
Muchas gracias por tu aportación. Feliz semana.
Muy interesante estos consejos, gracias por enseñarme